En el 2006 diseñan el Programa Cuenta Quien Cuenta, orientado a involucrar activamente a la familia de contextos vulnerables en el acercamiento temprano de sus hijos a la lectura y al mundo de los libros. Resignificar su rol socializador y mediador resulta crucial a la hora de efectivizar el acceso y distribución de los bienes culturales como derecho ciudadano.
El desarrollo del proyecto fortalece el proceso de alfabetización de los referentes adultos de los niños para que ellos, a través de la lectura de cuentos, promuevan en sus hijos la predisposición lingüística necesaria para el aprendizaje de la lectura. Esta predisposición aparece en diversas investigaciones directamente relacionada a la prevención de la repetición de los niños en primer grado escolar.
Una de las cualidades más importantes de este programa reside en que está sistematizado y evaluado. Se evidencia su impacto tanto en las familias —de las comunidades donde se ha instalado— a través de la generación de fuertes redes entre vecinos que consolidan la identidad comunitaria en instancias de discusión a partir de las lecturas.
A nivel de los aprendizajes letrados de los niños cuyos padres “pasaron” por Cuenta Quien Cuenta comprobamos en una segunda investigación, realizada en 2012 y 2013, que estos, a diferencia de los niños cuyos padres no participaron del programa, transitaron con éxito el primer año escolar al poder aprender con más facilidad a leer y a escribir, dada la familiaridad con el mundo de los libros.
Acceder aquí a la investigación
A partir de las evaluaciones que el programa instala al cierre de cada edición, de la evaluación de CEPAL durante 2009 y de la investigación realizada (2014) en el marco de la Maestría de Escritura y Alfabetización de la Universidad Nacional de La Plata (Argentina), se constata su alto impacto en el conocimiento del lenguaje escrito de los niños. Comprobamos así que aquellos niños cuyos referentes familiares participaron del programa transitaron con éxito el primer año escolar al aprender fácilmente a leer y a escribir.
Asimismo se evidencia su impacto en las familias participantes a través de la generación de fuertes redes entre vecinos que consolidan la identidad comunitaria en instancias de la discusión de las lecturas.
En el relevamiento realizado para la investigación mencionada, a nivel local, de países de América Latina e ibéricos, no constatamos la existencia de programas de alfabetización familiar con esta metodología participativa y desde la perspectiva integradora de los aspectos lingüísticos y pragmáticos.
Dados estos resultados, ha merecido diversos reconocimientos locales, nacionales e internacionales, entre los que destacamos:
- declaración de interés departamental (Junta Departamental de Paysandú,2007);
- reconocimiento experiencia socioeducativa de alto impacto en poblaciones vulnerables (CEPAL,2009);
- Premio Paulo Freire en Alfabetización (Programa de Apoyo al Sector Educativo del Mercosur, 2013).